Según un artículo publicado esta semana en PCMagazine, el conocido inventor David Hanson, padre de “Frubber”, una piel robótica similar a la humana, y de la cabeza robótica de Albert Einstein, acaba de presentar un prototipo de lo que podría llegar a ser el robot personal imprescindible del futuro. La última creación de Hanson Robotics es un niño robot de unos 43cm de alto y 2kg de peso, llamado Zeno, que puede caminar, hablar, expresar emociones y mantener contacto visual.
Desde esta semana, se puede visitar la Web www.zenosworld.com para ver sus primeros vídeos. El prototipo, cuya presentación oficial será en Wired Nextfest, en California, la próxima semana, es un "robot conversacional " inteligente y formará parte de la línea "Robokind" de robots personales interactivos de Hanson. Todavía faltan al menos dos años para la llegada al mercado de Zeno, pero a pesar de estar en sus primeras etapas de desarrollo, algunas de sus características resultan impresionantes.
El equipo de Hanson diseñó y contruyó la cabeza de Zeno y encargó a Tomotaka Takahashi la construcción del cuerpo, basada en el popular dibujo animado japonés Astroboy.
La cara de Zeno está recubierta de Frubber, pero según Hanson se trata de una versión más sofisticada que la de la cabeza de Einstein, más duradera y similar a las de los juguetes. Bajo la piel flexible se encuentran 12 motores (hay otros 18 en el resto del cuerpo) que permiten a Zeno adoptar una amplia gama de expresiones. Tras uno de sus ojos hay una cámara que le permite reconocer las caras. "Según las últimas pruebas de reconocimiento facial, [Zeno] reconoce las caras mejor que las personas", señala Hanson.
La voz de Zeno se genera por medio de la tecnología text-to-speech (conversión de texto a voz), tanto de forma dinámica como a partir de información previamente escrita. De hecho, Zeno cuenta historias y podrá recontar sus aventuras con amigos en el futuro. Aunque finalmente Zeno contará con una estación de carga incorporada, de momento, la batería actual del prototipo debe ser enchufada cada hora aproximadamente, por lo que Zeno llora y se queja de cansancio como un niño cuando le queda poca energía.
Zeno difiere de otros robots similares en que la mayor parte de su inteligencia reside fuera de él, en ordenadores externos. El prototipo actual está conectado a dos ordenadores, uno con Linux y otro con Windows XP; uno controla el software de animación y otro el carácter de Zeno. La versión final utilizará un ordenador con Windows en red conectado a través de una WiFi 802.11g.
Cuando Zeno llegue al mercado en un par de años costará unos 200 dólares (unos 145€). Además, la estrategia de Hanson incluye el lanzamiento de una Web interactiva desde donde los usuarios podrán descargar nuevas interacciones e historias para sus robots Zeno.
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